El rol decisivo de la innovación para frenar el calentamiento global fue uno de los grandes consensos de la pasada Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y en la COP27 cobra nuevo impulso. El Grupo BID lleva años trabajando de manera consistente para convertir la innovación en motor de un desarrollo que mejore vidas en América Latina y el Caribe con el BID, su brazo del sector público, BID Invest, la rama privada de la institución, y BID Lab, su laboratorio de innovación.

La innovación en materia climática tiene, sin embargo, especificidades determinadas por fallas de mercado propias y significativas que ralentizan su desarrollo, adopción y escalamiento. Como sucede con cualquier innovación en etapa temprana, los actores privados encuentran dificultades para percibir los réditos de la innovación, los costos de generar nuevas ideas son onerosos y los descubrimientos incipientes pueden beneficiar a otros agentes del mercado, que aprovechan la naturaleza no excluyente del conocimiento creado. Al igual que en la mayoría de las nuevas tecnologías, los riesgos son altos y, muchas veces, representan barreras insalvables para las compañías de innovación temprana. Con todo, los beneficios de investigar y desarrollar la innovación climática se multiplican para la sociedad, haciendo que el valor económico de las tecnologías climáticas sea mucho mayor que los retornos esperados en un sector todavía desatendido por la inversión privada.

Cuando operan en un ecosistema de innovación saludable e interconectado, los emprendedores y las startups pueden salvar buena parte de las dificultades y asumir riesgos tecnológicos y de mercado, incluso en innovación climática. Pero en América Latina y el Caribe, los emprendedores en soluciones de medioambiente encuentran un entorno de financiación embrionario y extremadamente lento.

Ante este panorama, resulta crucial apoyar de forma mucho más decidida el emprendimiento tanto desde la iniciativa privada como pública. Hay que propiciar un ecosistema de innovación interconectado que favorezca que emprendedores e industria estén preparados para asumir los riesgos que se les presentan y puedan adaptarse a las fluctuaciones del mercado.

BID Lab, pionero de innovación climática

Como laboratorio de innovación, BID Lab ha testado soluciones climáticas innovadoras antes de estar completamente listas para ser financiadas por el sector privado o integradas en políticas públicas. Los proyectos abordados por BID Lab en los últimos años demuestran que las soluciones tecnológicas innovadoras para combatir el cambio climático funcionan. Por ejemplo, en Colombia BID Lab financió el primer Banco de Hábitat de la región invirtiendo en Terrassos, una compañía especializada en financiación climática con un modelo concebido para que las empresas compensen por el daño ambiental que generan. Este experimento de inversión de alto riesgo demostró ser viable en la región del Meta, una de las más importantes en términos ecológicos del país, y ha sido escalado en otras regiones.

BID Lab ha sido también pionero en el desarrollo y despliegue de líneas de crédito para financiar la eficiencia energética y la adaptación climática en Centroamérica y en el Caribe con el programa Ecomicro, que ha llegado a 29 instituciones financieras en 19 países y fue responsable de la primera generación de productos y servicios de financiamiento climático ofrecidos a hogares y empresas a través de intermediarios financieros. Y en otro ejemplo de innovación financiera, apoyó la creación, en 2017, de una Empresa de Activos Naturales (NAC, por sus siglas en inglés), o compañías que generan valor mediante el desarrollo y la preservación de activos naturales, como áreas terrestres o marinas. Aunque este proyecto de crear la primera NAC en América Latina y el Caribe en la reserva natural central de Surinam no se escaló ni progresó, allanó el camino para varios NAC potenciales en nuestra región, incluido uno que ya está en marcha en Costa Rica.

Impulso a la tecnología climática

Las inversiones en tecnología climática son, en su mayoría, de riesgo, intensivas en capital, con un horizonte incierto a largo plazo y dependiente de la tecnología, pero generan una acumulación de beneficios para la sociedad en su conjunto y un gran potencial de impacto que merece la pena evaluar. El año pasado se desplegaron cerca de US$40 mil millones en tecnología climática a nivel global en sectores clave como movilidad, energía, alimentación y agua, con Estados Unidos, India y China como principales inversores.

Las primeras ayudas de BID Lab a estas soluciones tecnológicas se remontan a 2011, con Acciona Microenergía en Perú, un proyecto basado en la utilización de energía solar en núcleos rurales que ha escalado y, actualmente, ya llega hasta más de 24.000 familias en el país. En 2015, BID Lab fundó un proyecto similar, Kingo, que hoy llega a más de 300.000 familias. Y, más recientemente, ha financiado la compañía mexicana Iluméxico, proporcionando energías renovables a más de 25.000 hogares.

La cartera de BID Lab en tecnología climática no deja de crecer, invirtiendo, por ejemplo, en la producción de energías renovables con fondos de capital emprendedor, como el Fondo de Energía Sostenible II, que financia proyectos de energía renovable con alto potencial de impacto social, y el Fondo de Energía Sostenible en el Caribe (CABEF, por sus siglas en inglés), que promociona la energía renovable en dicha zona.  BID Lab también ha experimentado con nuevas formas de reducir las emisiones de dióxido de carbono en el transporte. Para ello, ha impulsado un proyecto de desarrollo de hidrógeno verde en Costa Rica, un proyecto de vehículos autónomos en Chile, y ha apoyado a empresas como CargoX, una compañía que reduce las emisiones de carbono optimizando las rutas de transporte.

América Latina y el Caribe debe asegurarse un crecimiento sostenible, inclusivo y que avance en la consecución de las grandes metas de los acuerdos climáticos. La innovación y las tecnologías climáticas pueden convertirse en aliadas para progresar en ese sentido y el decidido apoyo al ecosistema emprendedor les permitirá jugar un papel crucial para mejorar las vidas de la población y ayudar a conseguir el mundo que ambicionamos para todos.